La articulación de la bisagra que conecta la parte superior e inferior del brazo es de suma importancia para la utilidad del brazo y también para la capacidad de dibujo del diseñador. Hans J. Wegner debió tener esto en mente en 1956 cuando nombró una de sus sillas más atractivas.
Minimalismo y elegancia fueron las palabras clave cuando Wegner diseñó el característico Silla de codo. Este diseño atemporal, que se adapta a cualquier hogar, ha ganado innumerables premios y reconocimientos en conferencias de diseño de todo el mundo. ¿Quién puede prescindir de un codo?