Xavier Pauchard

Xavier Pauchard FRANCE (1880–1948)

Xavier Pauchard nació en la región boscosa de Morvan, en Borgoña, Francia, y comenzó su carrera como techador y trabajador de zinc, al igual que su padre y abuelo antes que él. Es irónico que un joven que creció rodeado de innumerables bosques de pinos en una zona con una próspera industria maderera se convirtiera en el primer fabricante de productos domésticos de acero galvanizado en Francia. O, quizás su educación es lo que inspiró su interés en otros materiales. En cualquier caso, lo que no se puede debatir es la marca perdurable que Pauchard hizo en los asientos franceses.

El proceso de galvanización que Pauchard trajo a Francia implica tomar hierro o acero y sumergirlo en zinc fundido para crear una capa exterior increíblemente duradera que es casi totalmente impermeable a la degradación. En 1927, Pauchard registró el nombre de Tolix y amplió su línea de productos de pequeños artículos para el hogar para incluir sillas, taburetes y mesas. No se puede describir a Pauchard como arquitecto, diseñador o artista", dice el historiador de arte francés Serge Lemoine, "porque no era ninguno de ellos; era simplemente un fabricante, uno que fabricaba artículos prácticos que se vendían". Y es ahí donde reside el talento de estos pioneros: Fueron capaces de escuchar el mercado y de responder a él".

El diseño más perdurable de Pauchard es el de la silla A (ahora Marais A), que, junto con su Fauteuil C (sillón C), se embarcó en la SS Normandie en 1935, cruzando el Atlántico 132 veces en el desafortunado barco. Aunque el barco no fue un éxito comercial - fue tomado por los EE.UU. para ser convertido en un buque de guerra y luego quemado en el puerto de Nueva York en un supuesto sabotaje de un jefe de la mafia - el Normandie fue considerado la vanguardia de la tecnología, el estilo y la sofisticación cuando se construyó por primera vez.

Después de la muerte de Pauchard en 1948, sus hijos se hicieron cargo de Tolix y continuaron creando los mismos asientos de calidad construidos a mano según las especificaciones de su padre. La empresa permaneció en la familia hasta 2004, cuando Chantal Andriot se hizo cargo, reviviendo y expandiendo la marca.