¿Quién iba a pensar que una silla que lleva el nombre de una especie de ganado que mastica budines acabaría en el Museo de Arte Moderno de Nueva York? ¡Hans J. Wegner, ése es! Wegner diseñó esta impresionante silla en 1952, que puede considerarse una de sus creaciones más bellas.
Los "cuernos" de la silla proporcionan comodidad y apoyo al sentarse, mientras que las cuatro patas de madera macizas aseguran que la "vaca" no se vuelque.