El SAS Royal Hotel de Copenhague no es un mal lugar para comenzar su carrera como una elegante lámpara funcional: es práctico y está diseñado lo suficientemente bien como para encajar en cualquier lugar. Este fue el caso del AJ Floor de Arne Jacobsen a finales de la década de 1950.
La luminaria recuerda a los anteriores tocadiscos con altavoces incorporados que incorporan un diseño característico similar. En el caso de la serie AJ, sin embargo, la apertura no fue diseñada para reproducir música a alto volumen, sino para producir una iluminación armoniosa.
A pesar del diseño hueco e innovador de la base, la lámpara se mantiene firme sobre sus pies, demostrando una vez más que el diseño exclusivo no tiene por qué comprometer la funcionalidad.